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Cultura para ciegos
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Carmen Díaz, directora de La Perseverancia: “El humor es una forma de trabajar la tragedia”

Carmen Díaz considera que la crisis ha agudizado el sentido crítico del teatro

L. G. | Con 31 años de trayectoria en las tablas, La Perserverancia 31 es una de las agrupaciones teatrales de mayor legado en el movimiento teatral en la ONCE. Carmen Díaz (Algeciras, 1978) dirige el grupo desde hace ocho años. Diez actores, seis de ellos afiliados a la ONCE, y tres ciegos totales, han estrenado en este tiempo nueve obras, siempre comedias, la última de ellas, Señorito rural, depravado en la ciudad’, estrenada recientemente con gran éxito en Algeciras. Actriz, dramaturga, directora también de la Compañía Vitali Teatro, Carmen se declara una apasionada del teatro del absurdo.

Han realizado ustedes nueve montajes en los últimos ocho años. ¿En qué momento se encuentra la agrupación?

Creo que se encuentra en un momento estupendo y muy propicio con bastantes afiliados y haciendo hincapié en la difusión del grupo. Los actores tienen un bagaje de interpretación con muchos métodos diferentes, estilos más contemporáneo, un tipo de teatro más costumbrista. Han tocado conmigo el teatro del absurdo, su experiencia interpretativa es bastante amplia y están todos cambiando para que no haya encasillamiento.

Esas nueve obras ¿tienen algo en común?

Todas son comedias, nos gusta hacer reír. Cuando les sugiero algo más dramático los actores prefieren comedias para pasarlo bien y hacer reír al público. A mí el teatro que más me gusta es el teatro del absurdo, tratar la comedia a raíz de esos rasgos del absurdo que tratan en el fondo de cuestiones existencialistas del ser humano.

Hablenos del último estreno, ‘Señorito rural, depravado en la ciudad, es una comedia de risas aseguradas.

Es una comedia de enredo, quizá nuestra comedia más costumbrista. He estado varios años haciendo un teatro un poco más contemporáneo y este año nos apetecía hacer algo más clásico sin dejar de perder esos rasgos de comedia picaresca de un humor más enrevesado con matices más contemporáneos también, pero el ambiente es más costumbrista. Y hemos intentado destacar sobre todo una estética con un vestuario que era importante porque es una obra ambientada en 1900 y queríamos que todo fuera muy fiel, vestuario y escenografía. Nos hemos centrado en la interpretación pero hemos cuidado mucho la estética para que fuera muy fiel al momento de la obra.

Con 31 años ya de trayectoria, La Perserverancia es una de las agrupaciones teatrales pioneras en el movimiento teatral de la ONCE. ¿Qué lugar ocupa en la actualidad?

Creo que ocupa un lugar bastante importante porque es uno de los grupos más antiguos de Andalucía y creo que es una de las compañías de base de toda la asociación cultural andaluza.

¿Le gusta el término de teatro aficionado para describir el movimiento teatral no profesional?

Bueno, entre comillas porque, aunque es verdad que los actores no tienen estudios reglados de interpretación, ni una carrera profesional como actores. Pero yo puedo decir que la gran mayoría de mis actores son actores profesionales, gente que lleva toda su vida interpretando con un bagaje muy intenso. Es una compañía de teatro con un resultado de calidad si no profesional casi profesional sí. Los actores no hacen un trabajo remunerado porque lo hacen por afición, pero hacen un trabajo casi profesional como cualquier otra compañía al uso.

La dirección de actores ciegos y con discapacidad visual grave, ¿en qué medida condiciona el guión o el desarrollo de una escena?

Bueno el guión lo condiciona poco, condiciona más quizá la escenografía. Se debe procurar construir una escenografía diáfana en la que haya mucho aire para que no haya obstáculos en escena, que cuenten pasos, que se trabaje el perfectamente perfilar los movimientos, que esté todo muy limpio, que además en teatro debe ser así, no porque sean ciegos. Lo más importante es que tengan claro la distribución de la escenografía, lo que son sus entradas y salidas, que los compañeros videntes ayuden sin que se note físicamente esa ayuda, con un sonido, una voz, esos pequeños trucos que usamos para que puedan moverse con seguridad. Por lo demás, en la interpretación, igual, solo que cuando un actor es ciego total recurro más al contacto físico, que ellos sientan como es esa expresión corporal que quiero que hagan. Por lo demás igual, no noto ninguna diferencia.

El teatro para tiempos de crisis o postcrisis ¿es una vía de escape eficaz?

Bueno, el teatro siempre es una vía de escape eficaz evidentemente, lo que pasa es que la crisis es verdad que nos ha valido en estos momentos para sí ser un poco más críticos a la hora de exponer ciertas obras que hemos intentado que vayan acordes con este tiempo para que el público pueda verse reflejado en ellas. Está claro que a través del humor es una forma de trabajarla desgracia y la tragedia y eso es una vía de escape para el actor y para el espectador. Al final el teatro es un medio de comunicación.

España 2017, ¿malos tiempos para el teatro?

No, al contrario, el teatro ha estado muchos años moribundo, parecía que tendía a desaparecer con todos los medios audiovisuales y lleva ya diez años que están resurgiendo muchísimos pequeñas compañías que están haciendo un teatro más innovador, más experimental y contemporáneo.

Y las plataformas de series de televisión, ¿están haciendo mucho daño al cine, al teatro?

La televisión siempre hace daño, es un medio dañino para el resto de las artes en general, aunque no lo considero un arte. Pero no está haciendo ahora más daño que hace 20 años. De hecho todo lo que es Internet hoy en día la televisión se ha quedado un poco más obsoleto, dentro de que siga moviendo grandes masas.

¿Algún referente personal que le guíe?

Soy muy pro del teatro del absurdo, Ionesco, Samuel Beckett o Darío Fo.

Qué le resulta más complejo, ¿escribir un guión o dirigir una obra?

Escribir supongo, porque aunque escribo desde siempre, hay un punto más de autodisciplina que para mí es más complicado. Una está solo delante del ordenador y de la nada tengo que construir algo importante. Dirigiendo estás con un grupo. Uno cuando escribes un texto al final lo diriges igual porque después te desvinculas de él, lo lees desde la distancia, no pienso que lo haya escrito yo. A mí me pasa y a la mayoría de los dramaturgos les pasará igual además creo que es necesario ese distanciamiento para trabajar con objetividad.

Usted dirigió el taller infantil de teatro de Algeciras durante tres años. El trabajo con los menores ¿es más exigente que con los adultos?

Evidentemente los niños son niños, no les puedes inculcar una disciplina porque todavía no entienden esos conceptos, tienes que usar más la imaginación, el juego, unas técnicas diferentes, porque para ellos el teatro es una fiesta, y es más difícil a la hora de contratarlo como un grupo. Por lo demás igual porque a veces los adultos se comportan como los propios niños.

Para terminar, usted es madre de una niña de 9 años. ¿Cómo transmite el amor por el teatro a su hija?

Con la costumbre, mi hija me ha visto actuar desde que tengo uso de razón. Ella también está en el grupo de teatro infantil de la ONCE y actuó con cuatro años recién cumplidos, lo lleva en la sangre, porque lo vive de una forma natural al lado mía.