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Josema Gómez, actor de Orozú: «Nunca imaginé que acabaría dando vueltas por los escenarios de España»

«Es un honor y un privilegio estar en Almagro representando el movimiento teatral ONCE», confiesa Josema Gómez.

Ignacio Lancharro| Josema Gómez (Cádiz, 1969) estudió y trabajó como enfermero hasta que, hace once años, pasó a integrar el grupo de teatro Orozú. Estos días anda inmerso en los ensayos previos al próximo Festival Internacional de Teatro de Almagro, uno de los más prestigiosos de España. Junto a sus compañeros, conforma una familia que tendrá la oportunidad de celebrar, de una manera muy especial, sus 25 años de existencia representando su último montaje escénico, Don Volpone, una adaptación del dramaturgo inglés Ben Jonson. Aquel niño que se sentaba junto a su padre a ver Estudio 1, hoy recorre los escenarios de toda España dando vida a su pasión, el teatro.

Después de 25 años, ¿qué supone para Orozú pisar las tablas del Festival Internacional de Teatro de Almagro?

Supone un reconocimiento a toda nuestra trayectoria. Es un honor y un privilegio estar en Almagro representando el movimiento teatral ONCE.

Centrándonos en la obra, ¿quién es  DonVolpone?

Don Volpone es un pícaro que lo que procura es acumular riqueza, poder, dinero, fama, … a costa de engañar a varios personajes, que están dentro de la obra, y que también tienen los mismos objetivos. Son personajes avariciosos. Don Volpone se aprovecha de la debilidad de los demás para acumular riqueza a costa de ellos.

¿existen muchos engañadores, como Don Volpone, en nuestra sociedad?

Sí, Sí, por desgracia, existen muchos. Esta obra encubre una crítica social a todo lo que está ocurriendo en nuestra sociedad actualmente.

¿Piensa que, hoy en día, en nuestra sociedad, sobran personajes y faltan personas?

Sin duda. Sobran estos tipos de personajes avariciosos que lo quieren todo, que solo buscan acumular riqueza y poder a costa del resto de la sociedad que va quedándose sin nada.

La obra ya se ha estrenado en Sevilla, ¿qué tal fue la acogida? ¿ha servido de ensayo general?

Muy buena. Tuvimos una buena afluencia de público, que se fue muy contento y disfrutó muchísimo. Estamos hablando de una comedia picaresca con mucha crítica social. Como es habitual, la crítica social con humor llega mucho mejor a la gente. Es una herramienta más útil que un telediario o un periódico.

A Sevilla la obra ya iba bastanta limada. Nosotros llevamos muchos ensayos encima. Esta obra es fruto de muchos meses de trabajo. Lo que más nos preocupaba era la reacción del público, constatar qué partes de la obra calaban más en la gente, cuáles eran los gags cómicos que despertaban más risas. Realmente, no ha habido que retocar nada porque la obra llegaba ya muy trabajada.

«En Orozú nadie está por encima de nadie, somos una familia»

¿cómo es el día a día de Orozú? ¿cuántos días ensayáis, cuántas horas, en qué lugar?

Ahora con el Festival de Almagro tan cerca, estamos ensayando todos los días de la semana. Pero normalmente, lo hacemos tres días a la semana, lunes, miércoles y viernes por la tarde en el salón de actos de la delegación de la ONCE en Cádiz.

¿cuál es el método de trabajo para que podáis convivir con la escena? Cuéntanos algún truco escénico de los que utilizáis.

Más que trucos, lo que hacemos es memorizar el espacio escénico. Las voces de los demás actores nos sirven de referencia, y a partir de ahí, entre la imagen mental que nos hacemos del espacio y las voces de los actores, el movimiento dentro del escenario es mucho más fácil. Eso sí, para lograr eso se necesita mucho trabajo y ser muy riguroso. Y ni que decir tiene, estar muy atento a todas las indicaciones de nuestro director, Andrés Alcántara, y de Belén Pérez Daza.

Gracias a ese trabajo se consigue que, en alguna ocasión, cuando he salido de actuar y me han visto con el bastón, se me haya acercado alguien del público a preguntarme si de verdad era afiliado, porque durante la actuación no se percataron de la discapacidad visual, ya que salimos y entramos corriendo del escenario.

¿Cuándo y cómo llega a Orozú?

Llevo casi doce años en Orozú. Yo antes era enfermero. Cuando me afilié a la ONCE me preguntaron qué actividades me gustaba hacer, y me informaron que había un grupo de teatro. Al poco tiempo me presentaron al grupo, y una compañera de aquí de Cádiz que era actriz, me invitó a ir un día al ensayo y me gustó. Me gustó el ambiente y la dinámica de trabajo, y me enganché.

Tuve la suerte que se marchó uno de los actores, y me hicieron una prueba para sustituirle, y logré entrar. Al principio me costó un poco adaptarme, porque la forma de actuar en el escenario requiere de un conocimiento importante de todos los recursos, pero con el trabajo intenso y constante se consigue.

Todos utilizáis la palabra ‘familia’ para describir a Orozú, ¿Qué ha supuesto para usted entrar en esta familia?

Cuando me presentaron al grupo lo primero que me llamó la atención fue, precisamente, eso, el buen ambiente que había. Aquí nadie está por encima de nadie, somos una familia. El teatro siempre ha sido mi gran afición, desde que veía junto a mi padre Estudio 1, donde no nos perdíamos ninguna actuación. Entonces he pasado de enfermero a trabajar en lo que más me gusta.

«El teatro me ha servido muchísimo como vía escape y para estar activo»

¿en qué medida le ha ayudado el teatro a superar su ceguera?

Mucho, muchísimo. Me ha ayudado a ganar en confianza de movimientos, en orientación espacial. El teatro me ha servido muchísimo como vía escape y como forma de estar activo. Yo era enfermero y trabajaba como supervisor de planta. Era un trabajo que me ocupaba muchísimo tiempo tanto en el hospital como en casa, donde tenía que seguir programando las plantillas. Entonces yo pasé de estar muy activo a no hacer nada, por lo que el teatro me ha servido de escape.

Cuando veía Estudio 1 junto a su padre, ¿imaginaba que llegaría a ser actor de teatro?

Para nada (risas). Ni se me pasaba por la cabeza. Yo desde pequeño siempre quise estudiar algo relacionado con la medicina, por lo que yo siempre veía el teatro como espectador. Nunca imaginé que un día acabaría dando vueltas por los escenarios de España, como lo hago con Orozú.

En Orozú prima la comedia, ¿es el género que más le gusta interpretar?

Sí. Ya sabes que aquí en Andalucía todos somos comediantes. Entonces oír a la gente reírse en el patio de butacas es para mí un premio, ya que constatas que todo el trabajo realizado durante un año está dando sus frutos, y es el mejor estímulo para seguir.

¿prefiere una adaptación de una obra, o representar algo original?

Hemos hecho las dos cosas. Hemos representado obras de Shakespeare, ahora estamos con una de Ben Jonson que es un autor coetáneo de él, y también Belén Pérez Daza ha hecho textos propios como el último, En Black, que ha tenido muchísimo éxito, cosechando premios por toda España. Realmente, a mí me da igual, mientras lo pasemos bien nosotros y el público.

Confiesa vuestro director, Andrés Alcántara, que el toque gaditano y carnavalesco está inmerso en Orozú, ¿tienen los gaditanos un don especial para interpretar?

No creo. Aquí lo que pasa es que tenemos esa chispa de carnaval metida en la sangre, pero no creo que tengamos un don especial. Por ejemplo, hay muchas agrupaciones de carnaval que no son de Cádiz que tienen muchísimo éxito. La comedia no creo que sea un signo propio del gaditano.

«Sería un honor poder actuar en el Gran Teatro Falla»

Es aficionado a las chirigotas y los cuartetos de carnaval, ¿qué grupos son sus favoritos?

El cuarteto que yo recuerdo de forma más especial es ‘La Boda del siglo’, que trataba de la boda de Lady Di y el Príncipe Carlos de Inglaterra, y lo trataban con mucha poca vergüenza y mucha gracia gaditana. Después llegaron otros cuartetos que empezaron a innovar, como fue el cuarteto de Rota, pero yo me sigo quedando con el cuarteto clásico del Peña y del Masa. Y en chirigotas, me quedo con el Selu y el Yuyu, con chirigotas de muy poca vergüenza.

¿Sueña con que Orozú, algún día, actúe en el Gran Teatro Falla?

Sí, claro. Eso es una espinita que, al menos yo, tengo clavada, de poder actuar en el Falla. Eso sería un honor, como lo será actuar en Almagro.

Sabemos que suele interpretar a varios personajes en una misma obra, ¿cómo se logra ser tan camaleónico para cambiar continuamente de un personaje a otro?

Me ha pasado en varias ocasiones, por ejemplo, en la obra de ahora, hago cuatro papeles diferentes. En Sombras de amor prohibido hice también otros tantos. Siempre supone un hándicap pero también se disfruta bastante. De esto tiene mucha culpa las indicaciones de Andrés Alcántara, que nos va guiando sobre cómo es cada personaje y, también al reparto que se hace entre compañeros, buscando siempre los perfiles más idóneos.

¿te pones muy nervioso antes de actuar?

Yo creo que todos nos ponemos un poco nerviosos antes de actuar, pero eso es bueno, es la subida de adrenalina. Una vez que se abre el telón y se encienden las luces, desaparecen los nervios y te queda la tensión, que como dice Andrés, es buena para ir desarrollando las escenas y los papeles.

¿Con qué obra se queda de todas las que ha representado con Orozú?

Es muy difícil quedarme con una. Yo me quedaría con todas. Pero bueno, elegiría tres: Sombras de amor prohibido, que fue un encargo del Ayuntamiento de Cádiz por el bicentenario de la Constitución, Due Padrone y En Black.

«Mi actriz favorita es Lola Herrera, es una señora del escenario»

¿Cómo ve el futuro de Orozú?

Yo espero que sigamos, y que vayamos a más. Pero no siempre depende de nosotros, hay que tener en cuenta el tema económico y burocrático. A nosotros nos gustaría seguir actuando en grandes escenarios, pero tampoco podemos invertir todo el presupuesto en una sola actuación. Quizás una opción futura serían los ingresos en taquilla, pero yo prefiero centrarme exclusivamente en el tema artístico.

Y a nivel general, ¿cómo ve la salud del teatro en España?

Yo la veo bien. Pero el teatro aficionado es muy difícil de difundir, ya que no tiene la producción de grandes compañías. Incluso las pequeñas compañías también se encuentran muchas trabas, sobre todo a nivel económico, que es el principal aspecto.

¿con qué actor o actriz se queda del teatro español?

A mí me gusta mucho la actriz Lola Herrera. Es una señora del escenario. La he visto actuar varias veces y es increíble. Me quedo con ella.

Más allá del teatro, ¿qué le gusta hacer?

Me gusta el deporte. Salgo a correr con un compañero que es invidente, y llevamos la correa para poder correr en lugares espaciosos. Y, sobre todo, en el gimnasio en la cinta de correr y la elíptica, donde no tengo ningún problema. Antes de la ceguera, me encantaba el baloncesto y el balonmano. En el instituto estuve en el campeonato nacional de educación secundaria de basket.

Josema, a la izquierda, interpretando uno de sus cuatro papeles en la obra Don Volpone.