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Sara Gómez, bailarina: «La danza me da libertad»

Yusuf Hnich | Sara Gómez (Sevilla, 1995), compagina sus estudios de danza con el último año en el Grado de Fisioterapia en la Universidad de Sevilla. En su cabeza, no tiene hueco para otra cosa que no sea la danza, su verdadera y auténtica pasión, a la que lleva unida desde los nueve años. Ahora con 21, sigue subiéndose a los escenarios y trabaja como voluntaria en la Compañía de Danza Mobile prestando su ayuda a niños con algún tipo de discapacidad intelectual. En abril estrena en el Festival Internacional de Danza Mobile. La enfermedad de Stargardt que le afecta desde los diez años, no le ha supuesto un impedimento en su vida diaria. Le puede la danza.

-Estudia elúltimo año de Fisioterapia, ¿Qué le llevó a estudiar esta carrera?

Pues la verdad es que fue un poco por descarte, entre por probar a ver si me gustaba porque tenía varias opciones y además había hecho un bachillerato de salud, por lo que quería hacer algo vinculado con la salud. Así que entré a ver si me gustaba o no y me ha encantado, por lo que he acabado quedándome. Tenía como otras opciones aparte de Fisioterapia, Terapia Ocupacional y Logopedia también me lo planteé, o si no, alguna relacionada con la educación social.

-¿Qué quiere hacer cuando acabe la carrera?¿Tiene algo en mente?

Estoy un poco perdida todavía. De momento, no sé qué hacer pero también sé lo que no quiero hacer. Pero sé que quiero trabajar con personas con algún tipo de discapacidad o con niños.

-Si no me equivoco, a pesar de tu discapacidad visual, no está teniendo problema para sacar la carrera año por año, ¿no?

Sí, igual que todo el mundo. Con un poco de esfuerzo, pero sí, la estoy sacando bien.

-Con 10 años se afilia a la ONCE debido a que padece la enfermedad de Stargardt, ¿Puede hablarnos sobre ella?

Es una degeneración de la mácula, que está situada en la retina. Y tengo afectado los conos, que son fotoreceptores y me afecta a la visión central, lo que me ha llevado a perder la agudeza visual. La periferia de lo que veo no me permite verlo y al enfocar me cuesta ver las cosas nítidas.

Sara Gómez, bailarina afiliada a la ONCE

-¿Cómo cambió su vida con esta enfermedad?

También era muy ‘chiquitita’, pero he aprendido a vivir con ello. Es algo que llevo conmigo y no me afecta mucho. Es verdad que es una enfermedad degenerativa y poco a poco voy viendo menos, pero bueno, como también es progresivo tú vas perdiendo visión pero lo que ves lo ves y lo que no ves lo no ves.

-Empezó a bailar en el Conservatorio con tan sólo 9 años, ¿qué le llamaba la atención del baile con esa edad?

Bueno yo, como muchas niñas aquí en Sevilla, empecé a bailar sevillanas en el colegio con apenas tres años. Me gustaba mucho y además vivo en Triana, donde hay muchísimas academias de flamenco, por lo que estoy constantemente escuchando flamenco por todos lados en donde vivo. Desde mi cuarto siempre escuchaba el ‘zapateado’ y el sonido de la guitarra del final de la calle. Entonces le dije a mi madre “¡yo quiero bailar mamá, a mí eso me gusta!” –Nos cuenta Sara entre risas-. Justo ahí hice las pruebas, me cogieron y me encantó.

-¿Cuándo fue la primera vez que se subió a un escenario con público?¿Cómo te fue?

Tendría unos 16 ó 17 años y fue en el Teatro Central de Sevilla, en una actuación de fin de curso. Yo estaba atacada (risas), pero no te creas que esto solo fue la primera vez, que yo me sigo poniendo muy nerviosa. Pero salieron las cosas bien.

-¿Tiene como sueño algún sitio o lugar donde bailar?. Si no, ¿cuál ha sido su sueño como bailarina?

Me encanta subirme a un escenario, y si te soy sincera, creo que ya he cumplido todas las expectativas que pensaba cumplir. No pensaba llegar hasta donde he llegado.

Sara Gómez, interpretando una de sus piezas durante la entrevista

-¿Qué le da la danza que no le da otra cualquier actividad?

Libertad. Desconecto completamente, es entrar en una clase de baile y dejar fuera todo lo que tengo detrás de la puerta. Es una desconexión total.

-¿Quién es su referente dentro del baile?

Realmente, no te puedo decir personas exactas. Pero admiro a cualquier persona que tenga el valor de subirse a un escenario y que sea capaz de transmitir lo que quiere. Ya eso para mí es admirable.

-¿Cuál ha sido el momento más bonito que le ha dado la danza?

Es que tengo muchos, no me podría quedar con uno solo.

-¿Algún momento anecdótico?

Hace cuatro años entré en Danza Mobile y ahí la verdad que me encuentro de todo. Me lo paso genial y vivo muy buenos momentos allí.

-Llega el día en que tienes que dejarlo un poco por falta de tiempo, ¿qué le supuso dejar algo a lo que estaba acostumbrada desde muy pequeña?

Pues fue muy duro. Lo pasé muy mal porque coincidió justo cuando entré en la carrera y ambas cosas eran por las mañanas. Por lo que tenía una incompatibilidad de horarios. Y tuve que plantearme si hacer una carrera o seguir en el Conservatorio, elegí la carrera aunque me pasaron muchas por la cabeza. Pero bueno, no me arrepiento para nada.

-¿Cuánto tiempo le emplea  a diario a la danza?

Mínimo unas tres horas al día. Para mí es algo que hago con gusto, no me supone ningún esfuerzo tener que renunciar a otras cosas para poder bailar.

-Está como voluntaria en Danza Mobile, ¿cuál es su labor?

Estoy trabajando en la escuela que va por la tarde y lo hago con niños que tienen alguna discapacidad intelectual. Estoy como monitora de apoyo, hay un profesor que imparte las clases y nosotros lo complementamos ayudándole con cualquier cosa que necesiten estos niños.

-Con 16 años aproximadamente, se forma en Danza Contemporánea, ¿Por qué?

Cuando dejé el Conservatorio con 18 años y empecé con Danza Mobile, me inicié también en una academia. Siempre me había llamado la atención, me parece una danza muy libre porque no es que no tenga disciplina porque la tiene, pero que no es tan estructurado, sino que haz lo que tú quieras porque está bien hecho.

Sara Gómez Barker, bailarina y estudiante de Fisioterapia

-Hablemos un poco de su participación en el Festival de Escena Mobile, ¿Va a bailar en la apertura del certamen, verdad? ¿Bailará sola o junto a más bailarines?

Sí, lo haré en la apertura. Lo hago en un dúo con mi compañero Raúl, que es el coreógrafo de la pieza y también es intérprete. Llevamos unos cuantos meses preparándolo.

¿Cuánto tiempo suele emplear para preparar una pieza?

Pues depende un poco del margen de tiempo que tengamos. También es un proceso muy bonito porque implica investigación y creación, y conocer un poco a la otra persona que baila contigo para tener complicidad y poder prepara bien la pieza. No sé, pero llevamos bastante tiempo  preparándola.

-Es su tercera participación, ¿Está nerviosa o ya está acostumbrada a torear en estas plazas?

Yo siempre me pongo muy nerviosa, igual que el primer día vaya (risas).

-¿Es un festival que dura bastante, no?

Es un festival donde no solo aparece el baile, sino que es un festival cultural. Digamos un poco con artistas inclusivos. Durante un mes aproximadamente, se hace una programación muy diversa que va desde talleres formativos, exposiciones de arte plástica y muchas cosas más. En cuanto a la danza, sí que hay una exposición durante varios que solo centra en la danza.

-Para terminar, ¿Tiene pensado participar en algún otro festival a lo largo del año?

A finales de junio, principios de julio nos vamos a Gales. Es un festival que contactó con Danza Mobile para ver si podíamos interpretar algunas de otras piezas, así que le mandamos unas piezas que teníamos, le gustaron y nos vamos para allá. Realmente participo dependiendo de los que salgan, por ejemplo, en octubre estuve una semana en París con el espectáculo de flamenco en el que participo, ya depende de las piezas que tengas te van seleccionando. El año pasado bailamos tres veces y este año pues más o menos igual, unas tres o cuatro veces.