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Cultura para ciegos
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Rafael Romero, orquesta Ciudad de los Califas: “La música Braille es un mundo”

Rafael Romero , director de la orquesta de plectro Ciudad de los Califas

Cristian Díaz| Rafael Romero Gil (Peñarroya-Pueblonuevo, 1963) dirige la orquesta de plectro, perteneciente a AACUC, Ciudad de los Califas desde 1991. Este profesor superior de música, especializado en instrumentos de púa (bandurria, laúd y bandolina), imparte clases en el Centro de Magisterio del Sagrado Corazón de la Universidad de Córdoba, en los institutos concertados Santos Acisclo y Victoria, así como en el colegio Santísima Trinidad de los Trinitarios. El músico ama el cine histórico y los dramas. Entre sus películas favoritas se encuentran ‘Amadeus’, ‘Los chicos del coro’ y ‘El Coro’.

¿Qué es el plectro?
El plectro es la púa con la que tocamos. El nombre técnico original es plectro. Por eso, los grupos que están constituidos por bandurrias y laúdes, aparte, también, de guitarras, tienen el nombre de orquestas de plectro. Antes de esto se les decía orquestas de pulso y púa.

El 50% de los integrantes de la orquesta de plectro Ciudad de los Califas padecen ceguera o, al menos, una discapacidad visual grave. ¿Qué diferencias existen entre dirigir a una persona que ve y a alguien que no?
La diferencia fundamental es que, lógicamente, los que no ven, pues no puede ir un director delante organizando el grupo. Es el problema que tenemos en este tipo de grupos. Yo, por ejemplo, voy tocando con ellos. Entonces, yo doy la entrada y, una vez que damos la entrada y empezamos, ellos van de memoria, los que llevamos papel vamos mirando el papel… Si aquí pone que hay que tocar fuerte, tú lo vas viendo. Ellos lo llevan de memoria, pero hay partes que cuestan más trabajo porque la música no es cuadriculada. La música es una música viva. Tú, cuando estás interpretando algo, pues, a lo mejor, tienes que acelerar algo, tirar para atrás, retardar… Eso, en una agrupación de estas características, cuesta mucho trabajo porque, al no haber un director que vaya llevando la mano, la batuta y ellos viendo si aquí tiramos para atrás o si tiramos para adelante, tienen que ir muy pendientes de que el que toca la melodía tire para atrás o tire para adelante. Hay veces que lo intuyen. Hay veces que no… Entonces, esa cosa así más natural de la música cuesta más trabajo llevarla en un grupo de estas características.

¿ha tenido que adaptar su manera de trabajar o de explicar los conceptos para que el resultado final se ajuste a su estilo?
Sí. Claro. He tenido que cambiar un poco porque lo que tú dices hablando sirve para el ciego como para el no ciego. Pero, después, a la hora de expresar con la música es donde viene la dificultad y ahí es donde yo he tenido que cambiar conceptos míos de que yo, a lo mejor, hay una cosa que la quiero de una manera determinada, pero, con un grupo de estas características, pues no la puedo hacer de esa manera, sino que tiene que ir más cuadriculada, más lo que tiene que ser el pulso exacto, para que no haya descompensación de unos instrumentos con otros.

¿Con qué dificultades se topa una persona ciega o con discapacidad visual grave a la hora de enfrentarse a una partitura?
El principal problema con el que se encuentra una persona ciega con las partituras es que, si quieren estudiar en un conservatorio, el conservatorio tiene que ser un poco flexible, en el sentido de las partituras. Porque en la música existen las partituras o el estudio de la música en Braille, pero si ya es complicada la lectura normal, la lectura de la música en Braille es supercomplicada. Hay quien lo hace, lógicamente. Pero, yo tengo unos componentes en la orquesta que han querido matricularse en el conservatorio y el principal hándicap que se encuentran es ese, el de la música en Braille. No la captan. Les cuesta mucho trabajo: primero que te la pasen, que te la transcriban y, segundo, estudiar, ellos, la música en Braille es un mundo. Eso los paraliza mucho.

¿Es cierto que los ciegos tienen mejor oído? ¿Nota que tengan una habilidad más desarrollada para la música y el ritmo que los videntes o se trata, simplemente, de una leyenda urbana?
No, no es una leyenda. Ellos, al faltarle un sentido, acrecientan el resto de sentidos que tienen. Con respecto al del oído, pues, lógicamente, lo acrecientan más, que una persona vidente, pero eso no quiere decir que una persona vidente no tenga un excelente oído. Que lo acrecientan más ellos por la dificultad de que no ver y tal, pues tienen que estar más pendientes quizás. Una persona vidente que estudia música, pues termina, al final, prestándole la misma atención auditiva, que uno que no ve.

¿Les ha puesto como tarea navideña a sus músicos ver íntegro el Concierto de Año Nuevo de Viena?
No. Ni se lo he puesto a mis músicos ciegos ni tampoco a otros músicos con los que trabajo. Yo sí lo he visto. Yo soy un asiduo. Todos los años, el día 1 de enero, a las 11.15, que es, más o menos, cuando ponen el concierto, estoy sentado delante de mi televisor para ver el Concierto de Año Nuevo que me encanta. Pero yo no se lo planteo a ellos. A lo mejor, en alguna ocasión se ha comentado, pero no se lo he impuesto.

Nosotros no somos un grupo de ir a amenizar un acto

Rafael Romero, en Córdoba donde reside

¿Les aconseja, de cualquier modo, acudir regularmente a conciertos o visionar determinadas interpretaciones musicales en internet?
Por internet, no. Yo por internet no les suelo decir que vean, a no ser que esté montando o vaya a montar una pieza que sé yo que está en internet para que tengan una idea de cómo suena. Eso, sí. Pero, para ver un concierto por internet, no. Yo soy más de ir en directo al teatro de la ciudad en la que haya un concierto, al Conservatorio que se suelen dar muchos conciertos. Ahí es donde digo que si quieren ir a ver a un concierto que vayan en directo. El internet, yo lo uso para el tema de estudio, incluso, con ellos.

En la orquesta hay músicos con varios niveles… ¿Cómo se conjuga, dentro de un programa, temas de diferentes grados de dificultad para que todos puedan participar?
Yo cuando escojo la partitura que vamos a montar la cojo con arreglo a una dificultad que yo sé que la pueden resolver, si no todos, cada uno en su papel porque el papel que lleva la bandurria primera es muy diferente al que lleva el laúd, por ejemplo, o la guitarra. Cuando yo encuentro una partitura que yo quiero montar, pero que tiene una dificultad que no la pueden resolver y estas voces, pues no la puedes montar.

Conciertos organizados por la Diputación, por Ayuntamientos, por la Universidad… ¿Sienten el calor y el apoyo de las entidades privadas o falta mucha pedagogía para que las empresas confíen en este tipo de música para amenizar sus actos?
Nosotros no somos un grupo de ir a amenizar un acto. Nosotros estamos, lógicamente, abiertos a todo, pero cuando nos llaman para tocar en un acto, lógicamente, nos enteramos y nos informamos de qué tipo de acto y de cómo va a ir, porque lo que no podemos es decir sí a un acto y llegamos, ahora, al pueblo que sea y resulta que esto se celebra en la plaza del pueblo, abierto al aire libre, con una barra que hay allí en la que está la gente bebiendo y, entonces, no podemos participar.

En muchas ocasiones, tocan en templos religiosos… ¿Su música suena mejor en este tipo de edificios con una acústica excelente sin necesidad de amplificadores?
Sí. Hay iglesias donde hemos actuado que tienen una acústica excelente y ha sonado a las mil maravillas. Tampoco quiere decir que todas las iglesias tengan una buena acústica. Otras iglesias, a lo mejor, han sido demasiado grandes y el sonido se ha perdido. Entonces, ha sido más en detrimento del grupo. Pero nosotros no nos cerramos a tocar en ellas Si nos llama un sacerdote para una recogida de alimentos, pues allá que vamos. Por supuesto…

¿Las Bandas Sonoras Originales (BSO) se han convertido en un nicho para atraer a los jóvenes hacia orquestas de este estilo?
Hoy en día hay grandísimas bandas sonoras. Bellísimas. Lo que pasa es que tampoco todas las bandas sonoras son adaptables al tipo de música de la agrupación. Pero es un tipo de música que sí llama más la atención al público. El programa que hemos llevado siempre la orquesta de Córdoba ha sido un programa clásico, tirando para el Barroco: obras de Vivaldi; Del Clasicismo: un poco de Mozart… Pero, últimamente, nos hemos ido abriendo a este tipo de música que se presta más al público que viene a escuchar.